Unidad I. El alfabeto griego: reglas morfosintácticas y fonéticas; prefijos y sufijos


Tema 1.1   Importancia y utilidad del estudio de la etimología



La etimología es una herramienta lingüística porque permite dominar la lengua, ampliar el léxico y tener una variedad de expresión. Conocer la etimología de un término implica saber cómo y porqué las palabras sufren cambios lingüísticos; además, facilita descifrar el significado de los vocablos técnicos procedentes del griego y del latín (en este curso solo se referirá a éste cuando haya alguna semejanza con el griego), lo cual brinda una flexibilidad del pensamiento y auxilia al razonamiento verbal.
Así, la etimología permite conocer el origen de una palabra (griego, latín…); ayuda a descifrar el significado de las palabras sinónimas, homónimas o parónimas. Para realizar esto último se requiere iniciar con la mnemotecnia, pero la práctica y su relación con los términos de carácter científico o cotidiano facilitarán el uso de léxicos tanto para la comprensión como para la elaboración de la información de diversos textos. Una vez adquirido el significado será difícil confundirlo (política, politécnico, poliomielitis)[1].
Un ejemplo  práctico para relacionar las etimologías con el mundo de la ciencia se encuentra en una lectura clásica, donde los investigadores necesitaron elaborar un neologismo para nombrar su reciente descubrimiento. En 1883 Elías Metchnikoff, uno de los tantos cazadores de microbios, descubre un nuevo organismo:
“…Pero necesitó un nombre científico para sus células que comen microbios, un nombre científico. ¿Qué nombre correspondería en griego a unas células semejantes?
           Claus y sus doctos colegas se rascaron la cabeza y consultaron diccionarios, diciendo finalmente:
           – ¡Fagocitos! Fagocitos significa en griego «células que comen». Tal es el nombre que debe usted darles.
          Metchnikoff dio las gracias, adoptó la palabra «fagocitos».”

Este ejemplo muestra con gran certeza para qué es útil la etimología, por un lado; y, por el otro, se aprecia también la utilidad de los diccionarios, es decir, la necesidad de expresar una idea unida al conocimiento de la lengua permite generar neologismos, los cuales adoptados por alguna ciencia pasarán a ser los vocablos propios de ésta; serán los tecnicismos con los cuales deberás familiarizarte a lo largo de tu formación, pues se encuentran presentes en cada una de las unidades de aprendizaje: cinética, fotólisis, hemoglobina, hexágono, artrópodo, entre otros.


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[1] A pesar de la escritura semejante, las palabras tienen un significado diferente: política del griego πολίτης, -ου: ciudadano e -ikh: relativo a, etimológicamente significa «relativo a los ciudadanos»; politécnico del griego πολύς, -λή, -ύ, mucho, τέκνη, -ης, arte o ciencia e -ikh, etimológicamente «relativo a las muchas artes o ciencias»; finalmente, poliomielitis del griego πολιός, -ά, -όν, gris, μυελός, -οῦ, médula e -itiV, inflamación, etimológicamente «inflamación de la médula gris».

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